El ataque, cometido por un terrorista suicida, tuvo lugar cerca de una mezquita de un complejo policial junto a la cual se estaba desarrollando el funeral del agente, que había muerto en otro ataque esta mañana, dijo el inspector general de Qüetta, Mushataq Sukhera.
La fuente confirmó que entre los muertos hay al menos 21 miembros de las fuerzas de seguridad paquistaníes, incluido el subinspector general de la Policía de Qüetta, Fayaz Sumbal, y aclaró que nueve cuerpos aún no han sido identificados, recoge el medio local Dawn.
“El número de fallecidos podría aumentar debido a que un alto porcentaje de los heridos se encuentran en estado crítico”, afirmó Sukhera, que reveló que estos habían sido trasladados a dos hospitales de la ciudad.
“Nuestros valientes policías han abrazado el martirio, pero nosotros continuaremos arriesgando nuestras vidas por el futuro de nuestra patria”, sentenció el inspector general.
Dawn había informado en un principio de la muerte en el atentado de 38 personas y que otras 50 estaban heridas, según declaraciones de un alto mando policial, Mohamed Tariq, aunque más tarde el medio rebajó el número de víctimas al conocer el recuento oficial.
Testigos del ataque narraron a los medios de televisión locales la situación de miedo y caos que se vivió en el lugar tras el atentado.
“Todos mis compañeros han muerto… Todos”, afirmaba entre lágrimas un miembro de las fuerzas de seguridad que había acudido al funeral.
Otra policía, Mohamed Hafiz, dijo a la prensa que se encontraba en el interior de la mezquita cuando escuchó la “gran explosión” y que cuando salió se topó con un montón de muertos y heridos.
“No tengo palabras para explicar lo que vi, fue horrible”, concluyó Hafiz.
Las víctimas se habían congregado para despedir a un mando del cuerpo, el oficial Mohibulá, que había muerto por disparos de insurgentes horas antes mientras realizaba compras para celebrar el fin del mes sagrado islámico del Ramadán.
En Pakistán y en muchos otros países islámicos se conmemora hoy la primera jornada del Eid al Fitr, una festividad equiparable a la Navidad cristiana que cierra un mes de ayuno y sacrificio por parte de los musulmanes.
El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, expresó en un comunicado su “profundo dolor y pesar” por las víctimas “inocentes” del “horrible” atentado, y anunció que el próximo 30 de agosto será presentado el proyecto final de la nueva estrategia antiterrorista.
A última hora de la tarde (hora local) ningún grupo armado había reclamado la autoría del atentado, uno de los peores ataques contra la policía registrados en la región.
Qüetta, capital de la provincia suroccidental de Baluchistán, ha sido escenario en lo que va de año de muchos de los principales ataques que han tenido lugar en el convulso país asiático.
En Baluchistán operan varios grupos armados de corte separatista que suelen atentar contra las fuerzas de seguridad y otras instituciones del Estado.
También tienen presencia en la región facciones talibanes y grupos yihadistas, con igual tendencia a atacar a las autoridades y en ocasiones a llevar a cabo acciones de carácter sectario contra minorías religiosas como la chií.