SANTO DOMINGO. El conflicto actual del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) no es nuevo. La memoria de la historia política dominicana recuerda que esta diferencia tiene varias etapas, y la primera se remonta al 2007 cuando el exmandatario Leonel Fernández, impidió que el presidente Danilo Medina se postulara como candidato a la presidencia del siguiente año.
El segundo momento y el más difícil dentro del PLD, ocurre en 2016 cuando Medina siendo presidente de República Dominicana, logra una reforma constitucional para poderse repostular.
Desde entonces el interés ciudadano persigue las actividades de ambos líderes políticos, pendientes a un abrazo de estos o a su ausencia en determinadas actividades.
El tranque que se mantiene en la actualidad, obligó al presidente de la organización política, Leonel Fernández, a asegurar en días pasados que el PLD irá unido a las elecciones de 2020, certamen en que, afirma, obtendrán un nuevo triunfo.
En las calles los ciudadanos tienen dos opiniones al respecto, primero, quienes abogan por una conciliación de los miembros del partido y segundo, los que piensan que puede mantenerse así y dar paso a otros líderes dentro de la organización política o dejar que otra organización gobierne el país.

Expertos analizan el tema
Desde la visión de la politóloga Rosario Espinal, uno de los desafíos que le espera al partido oficialista, es mejorar la relación interna. Manifiesta que se proyectan como un partido unido, sin embargo, lo que se percibe desde fuera son los problemas entre ellos.
“Hay una tensión que tienen que resolver, porque en el PLD hay un bicaudillismo ahora mismo con dos líderes que buscan hegemonizar el partido y sobre todo tener impacto en la candidatura presidencial para 2020”, argumentó la experta en temas políticos.
A su juicio, los dirigentes de este partido tienen que buscar la manera de institucionalizar esa organización política, además de cambiar la percepción de corrupción que ha adquirido ante la sociedad dominicana.
“El PLD como partido gobernante ha mostrado que durante sus períodos de gobiernos hay grandes escándalos de corrupción, ya la sociedad lo identifica como un partido de gobiernos corruptos, entonces, es difícil mantener una legitimidad social hacia delante si ellos no toman medidas para enfrentar ese problema”, destacó Espinal.
Al respecto el politólogo Daniel Pou dijo que el PLD ha caído en el modelo populista de los partidos de América Latina, lo que ha hecho que este partido que se conformaba por una serie de estructuras jerarquizadas que garantizaban un cierto nivel de calidad en los procesos, haya devenido en un partido de inversionistas políticos conformado por grupos que se enfrentan por alcanzar el poder del Estado, sin proyectos políticos claros.
“Para 2018 el PLD tiene múltiples retos, el primero es tratar de consolidar una posición unificada y evitar que los enfrentamientos internos puedan desarticular la capacidad política de maniobra con miras al proceso electoral”, argumentó Pou.
Entiende que el partido morado debe mejorar su discurso y su práctica política y procurar que el candidato que elija para las elecciones de 2020 tenga una baja tasa de rechazo para que de ganar lo haga en primera vuelta.

Posibilidades del PLD para 2020
Rosario Espinal considera que las posibilidades que tiene el PLD de ganar las elecciones presidenciales en 2020, están cifradas en el hecho de que hay una oposición muy débil, está en el Gobierno y tiene el control de muchos recursos.
“Está por verse si el próximo año comienza a emerger opciones en la oposición, que la población perciba como lo suficientemente interesante, llamativas para que puedan concitar apoyo”, precisó.
Recordó además que el principal partido de oposición que es el PRM (Partido Revolucionario Moderno) tiene también un conflicto interno entre sus dos principales líderes, es decir, que tiene una cuesta pesada para subir y “en el 2018 se irá viendo si realmente ellos pueden construir un partido con posibilidades de llegar al poder o si se derrumban en el camino”.
La politóloga cree 2018 será un año decisivo para el PRM y para la sociedad dominicana ver si va a despegar como un partido unificado con capacidad de cautivar a los ciudadanos o si fracasará en el intento.