Quito, 6 feb.- Ecuador vivió este sábado un silencio electoral previo a unos comicios cruciales de los que saldrá el reemplazo de Lenín Moreno, y que supone un nuevo enfrentamiento entre dos formas de gobierno radicalmente opuestas y enfrentadas desde hace más de una década.
Más de 13 millones de electores están llamados a las urnas, 410.000 de los cuales residen en el exterior, para elegir entre 16 binomios a su presidente y vicepresidente, además de 137 miembros de la Asamblea Nacional y cinco representantes del Parlamento Andino.
El jueves se inició la primera jornada de votación adelantada para 8.300 privados de libertad, y el viernes prosiguió el sufragio bajo la modalidad de Voto en Casa para mayores de 50 años y personas con discapacidad física del 75 %.
En Ecuador también pueden votar 22.429 extranjeros con residencia legal, y para los ecuatorianos que residen en el exterior se instalarán 936 mesas de votación en tres circunscripciones: América Latina, África y el Caribe; Europa, Asia y Oceanía; y Estados Unidos y Canadá, donde se elegirá a seis representantes.
La campaña electoral finalizó en la medianoche del jueves, cuando quedó prohibido por ley cualquier acto de proselitismo político. Además, desde el mediodía del viernes reina la ley seca, un procedimiento habitual que se sigue en procesos electorales en el país suramericano.
Ecuador es la primera nación latinoamericana que acude a las urnas este 2021, en plena pandemia de coronavirus, y ante el desafío de garantizar la modalidad presencial, al ser el voto obligatorio para los residentes en el país entre 18 y los 65 años, y facultativo entre los 16 y los 18, y mayores de 65 años.
DESCRÉDITO DE LOS POLÍTICOS
Parten como favoritos, según las últimas encuestas publicadas, el candidato del correísmo Andrés Arauz, seguido por el conservador Guillermo Lasso, que concurre por tercera ocasión, y el representante indígena y ambientalista Yaku Pérez.
Pero el descrédito de la población en torno a los sondeos de intención de voto, así como del propio organismo electoral y la clase política era hoy palpable.
OBSERVADORES
La jefa de la misión de la OEA para las elecciones de este domingo en Ecuador, la panameña Isabel de Saint Malo, desestima las denuncias de presuntas irregularidades en la preparación de los comicios, y afirma que cualquier presión que hubiera podido haber sobre el Consejo Nacional Electoral es parte inherente de los procesos democráticos.
«Tenemos la percepción de que hoy el país está listo para que las elecciones se den como corresponden», asegura la exvicepresidenta panameña (2014-2019), en la que es su primera vez como jefa de misión de observación electoral.