SANTIAGO.-Para la Sociedad Ecológica del Cibao (SOECI), el decreto presidencial 395-16, que declara el 2017, como el Año del Desarrollo Agroforestal, dice que les parece muy importante, justo y necesario por entender que los sectores agropecuario y ambiental han sido los menos favorecidos en los últimos tiempos.
El ingeniero Luís Polanco, director ejecutivo de la entidad afirmó, que esta declaratoria llega en un momento estelar donde la Agroforestería es letras muertas y ha de esperarse que dicha declaratoria marque la diferencia del antes y el después donde la intensión manifiesta en el texto del decreto se haga acompañar de la actitud pro-activa, las disposiciones y de las inversiones necesarias que respalden la voluntad del presidente.
“En esa tesitura nos parece importante recordar que la propia SOECI, en un documento de prensa fechado 23 de agosto, 2016, deploró la falta de apoyo a estos sectores y demandó mayor atención por parte del gobierno central, por lo que en consecuencia saludamos y apoyamos lo estipulado en este decreto y esperamos que no se convierta en letras muertas”, expresó.
Polanco dijo que para la Sociedad Ecológica del Cibao, SOECI, el decreto 395-16, toca tema nodales que siempre han sido de nuestro más alto interés como la reforestación, protección de los bosques, el agua, el ambiente, el control de la contaminación y la renovación de los Recursos Naturales en sentido general, los cuales deben ser declarados de prioridad nacional.
Indica que desde la perspectiva de esa institución, los ecosistemas más críticos y vulnerables lo constituyen los sistemas cordilleranos (cordilleras Central, Septentrional, Sierra de Neiva y Baoruco) y las principales cuencas hidrográficas del país (Yaque del Norte, Yaque del Sur, Yuna, Ozama, Camú, Nizao, Mao, San Juan, Soco, Artibonito y Macasia).
Pero además, las montañas están cada vez más destruidas, los pinares son exterminados de la cordillera Central ante las miradas indiferentes de todos.
Manifestó que la cordillera Septentrional está siendo destruida por decenas de retroexcavadoras extrayendo ámbar, cortando arboles para hacer carbón y pastizales. Todo sucede frente a la complicidad de las autoridades.
Los ríos no solo son atacados en las cuencas altas, sino que se extraen arena y grava de sus cauces y se destruyen los bosques ribereños sin ningún control. Los ríos lucen diezmados, languidecen y agonizan.
El caso del Rio Yaque del Norte es el más grave, ya casi no queda nada de bosque en su ribera. Los samanes y las javillas han sido diezmadas inmisericordemente por los mafiosos traficantes de madera y los bananeros para ganar espacios para su siembra.
Es absolutamente necesario parar la destrucción de los recursos naturales (la flora, la fauna, el suelo y el agua), de los cuales depende la vida, el equilibrio ecológico, el abasto de las comunidades, la producción agropecuaria y la generación de energía.
“En consecuencia recomendamos que en la brevedad posible. A éste respecto, se elabore la estrategia general, el plan operativo, se establezca la logística necesaria y que se inicie cuanto antes, porque el estado de deterioro progresivo en lo que se encuentran nuestros ecosistemas y sus recursos naturales, en especial el agua dulce, no esperan más y como la cordillera Central es nuestro mayor activo hídrico, por cierto amenazado, al grado extremo. Es precisamente por donde sugerimos que debemos comenzar”, subrayó.