Un concurso de belleza en Brasil tuvo un final inesperado cuando la llamada primera princesa —la número dos del certamen— le arrancó la corona de la cabeza a la ganadora del Miss Amazonas, negándose a aceptar su derrota.
Sheislane Hayalla acusó a la ganadora, Carol Toledo, de haber comprado el título. Los organizadores del evento no hicieron declaraciones.