Salvador Galván admitió esta semana haber robado —entre 2010 y 2016 — más de 3.7 millones de dólares del erario público de Compton, una ciudad ubicada al Sur de Los Ángeles, donde ejerció por años el puesto de tesorero adjunto, según informó la fiscalía.
El exfuncionario, de 47 años de edad, aceptó su culpabilidad por un cargo grave de robo a una entidad que recibe fondos federales, una ofensa que tiene una sentencia máxima de 10 años en una prisión federal.
De acuerdo con la investigación, Galván hurtó dinero en efectivo en numerosas ocasiones de los fondos que recibía la ciudad por concepto de multas de estacionamiento, licencias de negocios y otras tarifas establecidas por la localidad.
Según el LA Times, la fisclaía argumentó que el puesto de Galván, “era un puesto que requería una extraordinaria cantidad de confianza… Miles de dólares llegaban a diario de residentes que pagaban por recibos de agua o montos por el recojo de basura”.
Se consideró que el hispano se aprovechó de su cargo, ya que éste era responsable de presentar los informes diarios de dinero que recaudaba la ciudad, un lugar que cuenta con cerca de 97,000 habitantes —de los cuales el 65% es hispano.
Según los documentos de la corte, algunas veces Galván llegó a robar hasta 8,000 dólares en un solo día.
Al aceptar su culpabilidad el hispano, que trabajó en la tesorería de Compton durante más de 20 años, también aceptó restituir la suma hurtada.
Según al acuerdo de culpabilidad de Galván, la fiscalía recomendará una pena de tres años y 10 meses de prisión.
La esposa del exfuncionario, Rosa María Galván —acusada de lavado de dinero del robo— se declaró culpable este jueves.
Como parte de su acuerdo legal, Rosa Galván entregó al gobierno las llaves de dos camionetas.
Se planea, según la fiscalía, que la pareja reciba la sentencia de la jueza de Distrito Josephine Staton, el próximo 3 de noviembre.