Una exposición de arte producido por presos de Guantánamo ha provocado tal revuelo que el Pentágono ha optado por impedir a los reclusos sacar sus cuadros de prisión e incluso les ha amenazado con incinerar las obras.
Para la comisaria de “Ode to the sea: art from Guantanamo Bay” (Oda al mar: arte de la Bahía de Guantánamo), Erin Thompson, la nueva política del Pentágono es una “censura artística” más propia de regímenes autoritarios que de estados democráticos como Estados Unidos, según dijo a Efe.